Salvador Emmanuel Cristo Mesías
Hijo de Dios Santo de Israel
Piedra principal del ángulo Verbo Palabra de Dios
Cordero de Dios
Esposo de la iglesia Profeta Pan de Vida Luz del Mundo Buen pastor La resurrección y la vida Rey de Israel
El Camino, la verdad y la vida
Rey de los Judíos Autor de la vida Príncipe y salvador Hijo de Hombre Señor Nuestro cordero de pascua
Segundo Adán Cabeza de la Iglesia Mediador Juez Justo Gran Sumo sacerdote Alfa y Omega
León de la tribu de Judá Señor de Señores
Raíz y linaje de David Estrella resplandeciente de la mañana
Yeshúa
“Y llamarás su nombre Yeshúa, porque él salvará a su pueblo de sus pecados” Mateo 1:21. Yeshúa HaMashiaj recibió este Nombre por instrucciones que el ángel Gabriel transmitió a Yosef (José) y a Miriam (María) y en el libro de Lúcas 1:31. Llamarás su nombre Yeshúa (el Mesías), porque el salvará a su pueblo de sus pecados. Dios habitando con su pueblo Emmanuel, Yeshúa nació de una mujer, fue concebido milagrosamente por el poder del Espíritu Santo.
Para el recibimiento del Mesías, era necesario preparar el Camino, tenía que allanarse el territorio por donde pasaría el Salvador, los pueblos, las gentes debían ser preparadas, los oídos, el entendimiento, el espíritu; el Mesías enseñando, trayendo vida al mundo, tener al pueblo dispuesto para lo que estaba por venir. Dios nuestro Padre envío sus mensajeros y siervos los profetas para llevar su mensaje, el Reino de los Cielos estaba por venir en su primera venida y ese Mesías debía ser esperado, anhelado para el momento de su llegada, que mediante las profecías inspiradas por el Espíritu Santo de Dios fueran cumplidas ante los ojos de todos, el Salvador había de venir, tenía su mensajero, su Hijo, el cual para realizar su obra tenía que ser Él, pues no tenía mancha, sin pecado, santo en su santidad.
Siendo Dios el que más da, se ofreció en sacrificio en persona, no habiendo otro que pudiera hacerlo, para salvar el mundo de pecado, vino Él en forma de hombre para hacerse pecado y mostrarnos que somos hechura de sus manos, pues nos hizo a imagen y semejanza de ÉL, nuestro Padre Celestial.
A través del profeta Zacarías Dios llamó al arrepentimiento, también a través de Juan el bautista que abandonó el desierto donde había vivido y se dedicó ir a lo largo del Jordán, predicando y bautizando en agua - arrepentimiento, llevando el mensaje a todos aquellos que los recibieran y que iban a ser salvos. Hablaba inspirando a los antiguos profetas, con Elías para traer purificación por medio del arrepentimiento del pueblo de Israel. Antes de Dios juzgarnos y mostrarnos nuestro pecado, ÉL se humilló, siendo Dios no se aferró a ello ni permaneció en su trono, sino al contrario se hizo humano, dejando su divinidad como Dios, se hizo pecado sin haber pecado.
ÉL nos pide arrepentimiento siendo ÉL el dador, ÉL es el dador antes que nosotros, Él se dio no le importó su posición, solo se entregó hasta que lo crucificamos porque no soportábamos su santidad, su verdad, su entrega y su perdón.
En su propósito de agradar al Padre nos muestra y enseña obediencia sin pecado. Jesús apareció entre la multitud y se presentó ante Juan para ser bautizado y sostiene una conversación con Juan, en donde los dos por el Espíritu Santo disciernen que debía suceder. Mateo 3:15 “deja ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia”. Es una enseñanza para todo creyente, en muchas ocasiones no entendemos muchas cosas o también pensamos que estamos limpios que no hemos cometido ninguna injusticia, que somos buenos, pero Dios, siendo Dios, vino a la tierra y se hizo bautizar por un pecador para obedecer la palabra que estaba escrita, para humillarse, para enseñarnos humildad, para hacernos bien, ese es el propósito. Nos enseña a través de lo que vivió en el transcurso de su vida, en sus treinta años que fue preparándose, dejando ser enseñado en una familia, en un pueblo, en una nación y tomando su doctrina para luego ser ÉL quien nos mostrara en qué consiste y cuál era su llamado, su propósito y para quien es el llamado y las cosas que estaban por venir e incluso las que aún estar por llegar.
Los evangelistas revelan la belleza de su carácter y el desarrollo gradual de su naturaleza humana, esperando la hora en que se presentaría ante su pueblo como el Mesías enviado por Dios.
Dios es acción, es EL Verbo quien obra en todo lo perfecto, su voluntad.
Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación. Santiago 1:17.
En la gramática, un verbo es la clase de palabra que puede modificarse para concordar con la persona, el número, el tiempo, el modo y el aspecto que posea el sujeto del cual se habla. Con origen en el término latino verbum, el verbo es el elemento de una oración que da la pauta de existencia y describe una acción o estado que influye al sujeto. Básicamente podemos decir que el verbo es el que indica qué acción se realiza. En nuestro idioma para realizar una correcta conjugación de los verbos es importante tener en cuenta que en la forma singular existen tres personas yo – tú – él /ella.
En el libro de éxodo 3:13-15 Dios respondió que es el YO SOY, dice que éste es su nombre para siempre; con él se me conocerá por todos los siglos. Él es el Hacedor, el creador de los cielos, primer cielo (donde habitamos), segundo (porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra los principados y potestades y gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huéspedes espirituales de maldad en las regiones celestes. Efesios 6:12) y tercer cielo (donde habita Dios y el ejército del cielo. 19 y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fuerza,20 la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales, 21 sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero; 22 y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia,23 la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo.
Yo soy el pan de vida. Juan 6:48
Yo soy la luz del mundo. Juan 8:12
Yo soy la puerta de las ovejas. Juan 10:7
Yo soy el buen pastor. Juan 10:11
Yo soy la resurrección y la vida. Juan 11:25
Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Juan 14:6
Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. Juan 15:1
Yo soy la vid. Juan 15:5
Yo soy el Dios de tus padres. Hechos 7:32
Yo soy el Alfa y la Omega. Apocalipsis 21:6
Yo soy la raíz y el linaje de David. Apocalipsis 22:16
Identidad en el Nombre de Yeshúa: a través de su Nombre, Dios le dio un Nombre que es sobre todo Nombre. Filipenses 2:9-11. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre,10 para que en el nombre de Yeshúa se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra;11 y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.
Porque con el propósito que Dios lo envió, su misión Salvar la humanidad del pecado, el Mesías, cumpliendo las escrituras, lo profetizado desde el principio, una vez y para siempre realizado el sacrificio, su entrega en el madero nos trajo la Salvación y Vida Eterna. ÉL resucitó para dar testimonio que es el Hijo de Dios, habitó aquí en la tierra y regresó a su trono que está en los cielos con Dios el Padre Eterno. Él es el principio y fin. Apocalipsis 1:8. Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso.
"Tuya es, oh SEÑOR, la grandeza y el poder y la gloria y la victoria y la majestad, en verdad
, todo lo que hay en los cielos y en la tierra; Tuyo es el dominio, oh SEÑOR, y te exaltas como Soberano sobre todo”. 1 Crónicas 29:11.